Científicos de la Universidad de Granada, en España, han descrito por primera vez que pequeñas modificaciones químicas en moléculas de ADN puede facilitar la introducción de iones metálicos en su interior, manteniendo su estructura original de doble hebra y sus propiedades de reconocimiento (frente a otras moléculas de ADN, enzimas, proteínas, etc…).
Este avance permite el empleo de moléculas híbridas de tipo metal-ADN en aplicaciones muy variadas en áreas de biotecnología o de biomedicina, ya que la estructura del ADN permanece prácticamente inalterada y los iones metálicos pueden aportar nuevas propiedades a las moléculas de ADN, como fluorescencia, conductividad, magnetismo o propiedades catalíticas.
Este trabajo, publicado en Angewandte Chemie, se ha llevado a cabo en el departamento de Química Inorgánica de la UGR, bajo la dirección de Miguel A. Galindo Cuesta y con la financiación de los proyectos europeos Marie Curie y Junta de Andalucía, de los que es el investigador principal.
La formación de estos híbridos metal-ADN se han conseguido realizando modificaciones químicas sutiles en algunos de los constituyentes de las moléculas de ADN, concretamente, reemplazando las unidades de adenina por unidades de 7-deazaadenina, que mantienen inalteradas sus propiedades naturales de autoreconocimiento (mediante interacciones de hidrógeno de tipo Watson-Crick), y que, a su vez, facilitan la incorporación de iones metálicos en su interior.
La estructura del ADN y algunas de sus propiedades fueron descritas por James D. Watson y Francis Crick (Premios Nobel en 1953), y las interacciones específicas que ocurren en su interior se denominan interacciones Watson-Crick
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