sábado, 27 de agosto de 2016

Producen un larvicida natural y de bajo costo contra el dengue, el zika y la chikungunya.

Investigadores desarrollan un insecticida biológico para combatir el mosquito transmisor del dengue, el zika y la chikungunya. Se trata de un hongo acuático, un patógeno natural llamado Leptolegnia chapmanii, hallado en charcos de agua de la localidad platense de Melchor Romero. El objetivo es controlar al vector y reducir el uso de insecticidas químicos neurotóxicos.

El “larvicida biológico” fue creado en los laboratorios del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), dependiente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en Argentina.

En la actualidad, los científicos del CEPAVE, junto con expertos del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), trabajan en la producción a escala de Leptolegnia chapmanii. Según detallaron los especialistas a Argentina Investiga, se lograron resultados positivos a partir del uso de un extracto líquido a base de aceite de girasol como medio de cultivo que le permite al hongo conservar la viabilidad y la virulencia. De esta manera –aseguran– se podrá contar con un larvicida de alta efectividad y apto para ser comercializado en el mercado.

El novedoso desarrollo fue testeado en pruebas de campo y en distintas condiciones ambientales, explicó Juan García, del CEPAVE, que dirige el proyecto acompañado por la doctora Claudia López Lastra. Y remarcó: “La finalidad de los trabajos es conocer de qué manera los depredadores (otros insectos o microcrustáceos), los parásitos (nemátodos) y los patógenos (virus, bacterias, hongos y protozoos) afectan las poblaciones de Aedes aegypti para lograr reducir el número de insectos. A partir de allí es posible determinar cuál de estos hallazgos tiene posibilidades de convertirse en un insecticida biológico que pueda llegar al mercado para ser utilizado en el control de este mosquito vector, y así reducir el uso de insecticidas químicos neurotóxicos”.

Con este descubrimiento, el control biológico actúa sobre los mosquitos de las especies Aedes aegypti y Aedes albopictus, que transmiten el virus del dengue, el zika y la chikungunya. Estos mosquitos, por lo general, pican durante las horas del día. Los síntomas comienzan alrededor de tres a siete días después de la picadura de un mosquito infectado y los más comunes son fiebre y dolor intenso en las articulaciones, a menudo en las manos y los pies. Otras sintomatologías pueden incluir dolor de cabeza, dolor muscular, inflamación de las articulaciones o sarpullido. Si bien ambas enfermedades tienen un nivel bajo de mortalidad, son de rápida propagación y contagio.

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